Así fue nuestro «Hermanos de Mar» con el chef Pepe Solla.

Cuando varios apasionados del mar nos unimos, sólo pueden salir experiencias extraordinarias. Esto es lo que ocurrió el martes 23 de enero donde nuestros clientes tuvieron la oportunidad de disfrutar del producto más sublime de la pesca artesanal de bajura.

En esta IV Edición, tuvimos el honor de abrir nuestra cocina a Pepe Solla, referente de la nova gastronomía gallega, galardonado con estrella Michelin y tres soles Repsol.

Además, nos acompañó nuestro proveedor Roberto Rodríguez, «cum laude» de la pesca de bajura, quien seleccionó personalmente las joyas marinas que inspiraron cada plato.

El equipo de El Señor Martín, liderado por Guillermo Arteche, trabajó codo con codo con el Chef Solla, para ofrecer una experiencia única.

Se inició la velada dando a probar una exquisita e inigualable empanada gallega. Para pasar después a los aperitivos, que eran un reconfortante Caldo de Nécora y una Escupiña gratinada. Tras abrir la veda, llegaron los platos fuertes: la Centolla con crema de almendras encurtidas y una de las propuestas estrella: el Calamar y mojo verde marino. Casi por unanimidad fue la opción favorita de los comensales. Mención especial también mereció el Rodaballo a secas, cocinado en su punto perfecto, que estaba acompañado de una ensalada de halófilas. Curiosa fue la propuesta que cerró la comida. Se trataba de una lamprea en blanco y negro, que Pepe presentó por primera vez en esta temporada, que sorprendía por su apariencia, también por su sabor y por su suave textura. El postre dio ese toque cítrico y fresco para concluir con buen sabor de boca.

Toda la comida estuvo maridada con la expertise de Beatriz Andino, jefa de sala y sumiller de El Señor Martín, que eligió una propuesta variada que incluía, un Fino Tradición, un verdejo de Finca La Colina o un champagne Perrot-Batteux & Filles.

A quienes nos acompañaron, gracias por compartir con nosotros este viaje culinario. Y a los que no pudieron hacerlo, no dejen que la marea les vuelva a dejar en tierra firme; embárquense con nosotros en la próxima aventura. Porque cada día, aquí, es una promesa de algo grande y un recordatorio de que, en el mar, como en la vida, lo mejor siempre está por venir.

Mantén los ojos abiertos, quien sabe qué chef nos traerá la marea la próxima vez.