En El Señor Martín, el despiece de pescados tan inmensos como esta corvina de 50 kilos tiene un significado que va más allá del incontestable impacto visual.
Estos tamaños revelan en el pescado que cubrió su ciclo natural y prolongó con ello el enriquecimiento de la vida marina.
Cuántas veces nos ofrecen en lonja piezas de escaso peso, que ni cumplieron el ciclo biológico ni alcanzaron la plenitud de su tamaño. Ojalá tomáramos conciencia como consumidores del daño que comportamientos así arrojan al mar.
Pero nos hemos desviado de nuestra corvina.
Más de diez elaboraciones llevaremos a cabo a partir de la carne extraída de esta pieza. Labores que requieren de técnica y conocimiento, logran hacernos sentir cocineros y nos conecta con la necesidad de respetar el origen. La excelencia en la cocina va de estas cosas. Pese a lo que nos vendan, los atajos aquí no llevan a ningún lado bueno.
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